viernes, 24 de diciembre de 2010

Radical como forma de vida

Estos días ando documentándome para escribir nuevas entradas en referencia a la “revolución Wikileaks”. El asunto, al que le doy una dimensión casi mística, me hace perderme mucho más allá de cables y escándalos políticos: trasciende a temas como derechos fundamentales, transparencia, tecnología, privacidad, leyes en la red… El camino se está haciendo bastante escabroso, y lo único que encuentro son sectores radical y peligrosamente enfrentados.

Por ejemplo, la batalla que se ha librado en contra de la famosa ley Sinde se las trae. Existen montones sitios web dedicados en exclusiva a machacar la ley con actitudes extraordinariamente demagógicas y sensacionalistas. Y el primero a la cabeza: el de la Asociación de Internautas . Pero ¿qué habría pasado si todos estos demagogos no hubiesen estado ahí, cuchillo en mano? Pues que probablemente habríamos dado un primer paso hacia el fin de una red libre, de un país libre.

Por suerte, la ley no ha salido adelante, y ayer lo único que se comentaba era el divertidísimo artículo de Alejandro Sanz (me pregunto por qué lo habrá hecho, sabiendo que iba a circular por la red sin que nadie lo pague…).

Pero que no haya salido, no quiere decir que no haya distintas partes a las que satisfacer. No nos quedemos esperando hasta el próximo asalto en el congreso para volver a empezar a hacer una guerra de poder mediático. Especialmente cuando las leyes de nuestro parlamento tienden a negociarse con el mejor postor de los partidos nacionalistas. ¡Debate abierto ya!

Basta ya de estas salvajes luchas de poder que sólo se basan en imprimir miedo a los ciudadanos. Trabajemos un poquito con la información, que seguro que si se lo explicamos bien, el Señor Alejando Sanz no nos volverá a avergonzar con otra de estas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario